«Tiene usted un desequilibrio X» – Elija X de entre las categorías: muscular, articular, fascial, visceral incluso energética y el sintagma completo le devolverá la mayor parte de los diagnósticos que los fisioterapeutas emiten en el día a día. Empujamos a los pacientes al funambulismo, en la creencia implícita de que la salud, lógicamente, debe ser un asunto de equilibrio. ¿Pero hasta qué punto es esto cierto? Y lo más inquietante de todo, ¿hasta qué punto este razonamiento no estará primando a los pacientes en una conducta de enfermedad?
En esta entrada reflexionamos qué implicaciones tiene en el razonamiento clínico del profesional, en la concepción de la salud y en la conducta de enfermedad del paciente, el simple hecho de elegir en el lenguaje profano la voz «equilibrio» en vez de la voz «estabilidad», más apropiada para los sistemas biológicos.